La estratégica situación geográfica de la
Comunidad de Madrid, en el centro peninsular, con territorios tan
diferentes como las elevaciones del Sistema Central, la depresión del
Tajo y la zona de transición entre ambas, condiciona y da lugar a la
variedad de contrastes climáticos, litológicos, geomorfológicos y
edáficos. Tal variedad es origen, a su vez, de la diversidad de los
ecosistemas y de especies de flora y fauna madrileña.
A grandes rasgos el clima de la Comunidad de Madrid depende de la
latitud geográfica en la que se encuentra (entre los 40º y 41º de
latitud Norte) y de su posición central en la península, a mitad de
camino entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. A nivel local,
los parámetros climáticos tienen grandes contrastes: precipitación anual
media entre 400 y casi 2.000 mm, temperaturas medias entre 7º C y 15º C
y absolutas entre -8º C y 44º C.
El relieve, por su variedad y contrastes, es un factor ambiental de
importancia. En la Comunidad encontramos dos grandes unidades de
relieve: La Sierra (Guadarrama, Somosierra y estribaciones de Gredos) y
la depresión o llanuras del Tajo (campiñas, páramos y vegas) a las que
podemos añadir una tercera, la Rampa o zona de transición entre ambas.
La altitud máxima corresponde al Pico de Peñalara, con 2.429 m., y la
mínima, con 430 m., al cauce del río Alberche en Villa del Prado.
En relación a su litología, en la Sierra predominan el granito y el
gneis, excepto en Somosierra donde se localizan pizarras y cuarcitas. En
la depresión del Tajo encontramos tres zonas de diferente composición:
los páramos (calizas, arcillas, yesos, margas, etc.); las campiñas
(arenas, margas arenosas, margas yesíferas y arcillas); y las vegas
(arenas, gravas y limos). La zona de transición se compone,
fundamentalmente, de arcillas, arenas, margas y otros materiales
detríticos.
La Comunidad de Madrid está comprendida en la cuenca hidrográfica del
Tajo, cuyo cauce constituye parte de su límite con las provincias de
Cuenca y Toledo, si bien un pequeño territorio al norte de la Comunidad
vierte sus aguas a la cuenca hidrográfica del Duero.Un abanico de
afluentes con dirección predominante N-S llevan sus caudales desde sus
nacimientos en las cumbres de la Sierra hasta el río Tajo.
Desde las cumbres de la Sierra hasta el río Tajo podemos encontrar,
en una travesía de poco más de cien kilómetros, la mayoría de los pisos
bioclimáticos de la península (mesomediterráneo, supramediterráneo,
oromediterráneo y crioromediterráneo), así como una rica representación
de la gran variedad de ecosistemas de la Región Biogeográfica
Mediterránea, a la que la Comunidad de Madrid pertenece, así como una
interesante diversidad biológica.
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